El Mercedes-Benz 280 SL “Pagoda” de 1971 no es solo un coche: es un símbolo de sofisticación alemana y diseño eterno. Su apodo nace del característico techo duro, ligeramente cóncavo, que recuerda a las antiguas pagodas orientales. Cada línea de su carrocería refleja equilibrio entre elegancia y deportividad, pensado tanto para pasear por la Riviera como para recorrer carreteras con soltura. Conducir un 280 SL es revivir una era
dorada en la que estilo y precisión mecánica iban de la mano, un clásico que transmite
prestigio con solo verlo.
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